Llegaba tarde a casa, el par de tragos con los compañeros fueron más de un par, las luces apagadas por un momento lo hicieron sentir en un lugar vacío, con eco, lleno de dolor profundo,; al encender la luz de la entrada sintió alivio y calidez
Cerró las puertas y encendió el resto de las luces de la casa, se sentó al borde de una silla del comedor pensando en lo bien que la pasó mientras se desvestía. Se dirigió al baño y se metió bajo la ducha, mientras el agua refrescaba su cuerpo pensaba ahora en lo solo que estaba desde que Olivia murió y en que nunca se había permitido una sonrisa; terminó su baño, salió y se fue al cuarto que una vez fue de dos.
Se vistió, arreglo lo del día siguiente y se acostó. Encendió la televisión, pero no había nada interesante, o al menos algo que le sacara de la cabeza a Olivia, que lo hiciera dejar de pensar en lo indebido de sus risas y sus chistes esa noche y en que no pensó en ella y en la falta que le hacía; se arrepintió un poco pero no podía dejar de reír al recordar que la noche estuvo muy agradable. Se dispuso a dormir, como siempre en el medio de la cama para no sentirse tan solo, la luz de la sala encendida en su lado derecho y el televisor apagado.
Sintió que lo observaban,» qué tonto», pensó, seguro el vino le hacía volar la imaginación, mas sin embargo se arropó hasta el cuello y cerró los ojos; pero aun así sentía la presencia de alguien que lo miraba sin vacilar, y probó boca abajo, del otro lado, con la almohada en la cabeza y arropado por completo; la presencia seguía allí, fuerte, sin desviarse de su objetivo que claramente era él, llego al punto de contar los números a ver si lo olvidaba por completo pero era algo que su cuerpo sentía y no podía evitar. Pasaron los minutos y su corazón se fue calmando, su cuerpo relajándose y se dio cuenta que esa sensación ya la había experimentado antes, mucho antes; y con los ojos cerrados pensó en cuando Olivia lo miraba sin que él lo supiera y esa sensación lo hacía voltear y sonreír , pero no sabía a dónde voltear y si debía sonreír y lo invadió el pánico ¿Sería que Olivia venía a reprochar el que dejara de pensar en ella? ¿Qué sonrió y sus ojos se aguaron de alegría?
¡¡¡Que descaro después que lo amo tanto!!!
Con la valentía que guardaba bajo la alfombra y que no sabía que tenía se levantó, apagó la luz de la sal,a volvió a la cama y se arropó de nuevo hasta la cabeza, y se dijo así mismo que eso no era posible, que estaba solo y que así estaría siempre. Pero la sensación de que algo lo miraba no se iba, de hecho lo sentía cada vez más cerca, se aproximaba con paso fuerte pero sin apuro, y hasta tenía olor; el pecho le latía a mil por hora, su respiración se aceleraba cada vez más, y ya estaba allí, encima de él, ese olor, ese olor que era cada vez más fuerte, al igual que la mirada que no sabía de dónde venía pero que estaba allí, y entonces al abrir los ojos para enfrentarla, frente a él estaba Olivia con una taza de café caliente, para levantarlo pues ya se le hacía tarde para ir al trabajo.